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La entrada en vigor de la normativa europea ERP en septiembre del año pasado ha supuesto un cambio absoluto en el mercado al imponerse definitivamente la tecnología de condensación. Pero ese cambio normativo hay que decir que no ha supuesto un crecimiento del mercado como cabría esperarse. De hecho, este año 2016 comenzó con dudas que parece que se han ido corrigiendo en los últimos meses.
La situación de estabilidad en el mercado será sostenida en el tiempo, con una tendencia más hacia la reposición y sustitución de equipos que hacia la nueva instalación
Un fabricante apunta una bajada del 7% en comparación con 2015. El mix de ventas de condensación ya es del 96% sobre el total, pero la convivencia con el stock de calderas estancas y de bajo NOx ha provocado algunas anomalías en el mercado. Tampoco ha ayudado a una mejora de las ventas un invierno de temperaturas suaves.
Lo cierto es que el sector de la calefacción ha sufrido en estos meses los ajustes que derivan de la implantación como tecnología única -así será en unos meses una vez agotado el stocks del resto de productos- de la condensación. Su alta eficiencia energética mejora el rendimiento de los equipos y reduce las emisiones contaminantes.
El potencia de ahorro por instalar una caldera de condensación en una instalación nueva es mayor a un 20% sobre las calderas estándar tradicionales, un porcentaje que puede subir hasta un 30% en instalaciones grandes.
La situación de estabilidad en el mercado será sostenida en el tiempo, con una tendencia más hacia la reposición y sustitución de equipos que hacia la nueva instalación.
En otros equipos generadores de ACS, caso de los calentadores y los termos eléctricos, la tendencia viene marcada, además de por la normativa, por la especial idosincracia de estos productos. Una marca apunta al crecimiento de los calentadores estancos y de tiro forzado. Otra firma habla de un mercado estable con un crecimiento de los productos estancos por ser productos más seguros y de mayor rendimiento, y ya obligatorios en algunas Comunidades Autónomas, caso de Madrid.
En termos eléctricos, la normativa también marca el paso. Se prohibirán los productos de Clase D desde septiembre de 2017 por su ineficiencia, con lo que crecerán los que ahorren energía y reduzcan la factura eléctrica.
