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Junkers Bosch propone cinco pasos para preparar la caldera antes del invierno y asegurar confort, seguridad y eficiencia energética en el hogar durante toda la temporada.
El invierno no empieza con el cambio de hojas ni cuando el termómetro baja de los diez grados, sino en el momento en que alguien gira el termostato y la caldera vuelve a encenderse tras meses de descanso. Ese gesto inaugura la temporada de mantas, cafés calientes y tardes en casa. Para Junkers Bosch, poner a punto la caldera es más que un trámite técnico: es preparar el hogar para convertirse en un refugio cálido y eficiente.
1. Activa el modo calefacción
Durante el verano, muchas calderas se usan solo para agua caliente. El primer paso del ritual invernal consiste en activar el modo calefacción, identificado normalmente con el símbolo del radiador. A partir de ahí, el calor vuelve a circular por toda la vivienda.
2. Ajusta la presión al nivel adecuado
La presión ideal del sistema ronda los 1,5 bar. Si está por debajo, hay que rellenar el circuito hasta ese valor; si supera el nivel, conviene reducirla. Este equilibrio es clave para garantizar un funcionamiento estable y eficiente.
3. Purga los radiadores
Tras meses de inactividad, los radiadores pueden acumular aire y reducir el rendimiento. Abre el purgador hasta que salga agua de forma continua: así aseguras una distribución uniforme del calor en todas las estancias.
4. Comprueba el termostato
El termostato es el centro de control del sistema. Antes de que llegue el frío intenso, haz una prueba: sube unos grados y confirma que la caldera se activa; luego baja la temperatura y verifica que se detiene. Si el control es por aplicación móvil, revisa también la conexión. Este sencillo “ensayo general” te evitará sorpresas cuando más lo necesites.
5. Realiza una revisión profesional
Ningún mantenimiento doméstico sustituye una revisión anual por el Servicio Técnico Oficial. Un técnico especializado puede limpiar, ajustar parámetros y comprobar la combustión, garantizando seguridad, eficiencia y una mayor vida útil del equipo. Este cuidado preventivo se traduce en tranquilidad, ahorro y confort duradero.
El invierno invita a quedarse dentro, a disfrutar de lo cotidiano: una comida caliente, una tarde de juegos o una serie interminable. Detrás de cada escena hay un elemento esencial: un hogar cálido, seguro y eficiente.
Preparar la caldera no es solo un gesto técnico; es preparar el escenario del bienestar cotidiano, asegurando que el calor fluya cuando el frío aprieta y que tu casa te reciba, cada día, con la calidez de siempre.