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La green fintech española Crowmie da el salto internacional con su primer proyecto de almacenamiento energético en Bélgica.
La fintech española Crowmie, especializada en inversión en infraestructuras de energía renovable, da su primer paso internacional con el lanzamiento de un proyecto de almacenamiento energético en Bélgica. La iniciativa representa un cambio estratégico en la trayectoria de la compañía, que amplía su actividad más allá del autoconsumo fotovoltaico industrial y entra en el ámbito del almacenamiento energético a escala de red.
El proyecto, denominado ‘Coil’, consiste en una instalación Bess, Battery Energy Storage System, de 3 MW de potencia y 6 MWh de capacidad, ubicada en Landen. Conectada a la red eléctrica belga, permitirá prestar servicios de balance y arbitraje energético, contribuyendo a la estabilidad del sistema eléctrico europeo en un contexto de fuerte penetración de energías renovables.
Para su operación, Crowmie contará con el respaldo de Centrica, uno de los principales operadores europeos en servicios de flexibilidad energética, con más de 500 MW de baterías gestionadas en ocho países. Esta alianza facilitará el acceso del proyecto a diversos mercados de balance como FCR, aFRR, mFRR, Day-Ahead, Intraday e Imbalance.
La tecnología seleccionada para la planta es LFP (litio-ferrofosfato), con una eficiencia del 89% (RTE) y una disponibilidad operativa del 97%, lo que permite garantizar tanto la estabilidad técnica como la viabilidad económica del activo. Según las proyecciones, el proyecto ofrece rentabilidades internas superiores al 15%, en función del comportamiento del mercado.
En 2024, los ingresos brutos por MW en Bélgica rondaron los 525.000 € anuales, y se estima que en 2026 podrían situarse en torno a los 340.000 €/MW, considerando la evolución del mercado.
Con una duración estimada de 20 años, el proyecto mantiene el modelo característico de Crowmie: inversión mínima desde 5.000 €, con una plataforma totalmente digital, trazable, líquida y segura. Además, los inversores contarán con un entorno privado de intercambio que les permitirá gestionar con mayor agilidad sus participaciones, reforzando así la atractividad del modelo para inversores particulares.
“Este proyecto inaugura una nueva etapa para Crowmie”, señala Fernando Dávila, CEO y cofundador. “Ya no solo generamos energía limpia, ahora también construimos la infraestructura necesaria para almacenarla y hacerla viable. Las baterías son el pulmón del nuevo sistema energético, y queremos que cualquier persona pueda formar parte de él”.