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La aerotermia se ha consolidado como una de las tecnologías más recomendadas para mejorar la eficiencia energética en hogares españoles. Si estás pensando en reformar tu vivienda o renovar tu sistema de climatización, este artículo te ayudará a entender cómo llevar a cabo una instalación de aerotermia en viviendas ya construidas, de forma estratégica y eficaz.
La aerotermia en viviendas consiste en aprovechar la energía del aire exterior para generar calefacción, refrigeración y agua caliente sanitaria (ACS), todo con un único sistema. Gracias a su eficiencia energética y bajo impacto ambiental, este tipo de tecnología ha ganado popularidad tanto en obra nueva como en reformas. Su capacidad para reducir el consumo energético y la dependencia de combustibles fósiles la convierte en una opción sostenible y rentable a largo plazo.
Una buena planificación es clave para lograr un sistema que no solo funcione, sino que proporcione confort térmico óptimo durante todo el año. Aquí te explicamos qué tener en cuenta.
Antes de realizar una instalación de aerotermia en viviendas, es esencial analizar las condiciones actuales del inmueble. Esto garantiza que el sistema funcione de forma eficiente y evita imprevistos durante la instalación.
Una vivienda con un aislamiento deficiente perderá gran parte del calor generado, reduciendo el rendimiento de la aerotermia. Es recomendable revisar ventanas, puertas, muros y techos, y valorar mejoras antes de instalar el sistema.
La unidad exterior de aerotermia necesita ubicarse en un lugar ventilado y accesible. También se debe prever espacio interior para el equipo (depósitos, interacumuladores, etc.). Si se quiere combinar con suelo radiante, habrá que analizar la viabilidad de levantar suelos.
El dimensionado es uno de los puntos críticos. Un sistema sobredimensionado implica mayor inversión inicial y menor eficiencia. Por el contrario, uno subdimensionado no cubrirá las necesidades térmicas de la vivienda. Se recomienda acudir a un profesional que realice un estudio energético personalizado.
Para maximizar el rendimiento de una instalación de aerotermia en viviendas, se puede combinar con distintos emisores térmicos según las necesidades y características del inmueble.
Una instalación eficiente de aerotermia en viviendas requiere seguir ciertas buenas prácticas para garantizar un funcionamiento óptimo y sin problemas.
Debe colocarse en un lugar bien ventilado, sin obstáculos cercanos y alejado de fuentes de calor o ruido. También conviene protegerla de la intemperie sin restringir el flujo de aire.
La aerotermia puede integrarse con termos eléctricos, depósitos de inercia o energía solar térmica. Esto permite crear sistemas híbridos aún más sostenibles, sobre todo en zonas con buena radiación solar.
Estas acciones pueden aumentar significativamente la eficiencia, el ahorro y la vida útil del sistema.
Además de una correcta instalación, es necesario conocer los requisitos legales y económicos relacionados con la aerotermia en viviendas.
El coste de una instalación de aerotermia en una vivienda ya construida puede variar entre 7.000 y 15.000 euros, dependiendo del tamaño del inmueble, el sistema elegido y si se combina con suelo radiante u otros emisores. En tiendas especializadas comoLeroy Merlin, puedes encontrar kits de aerotermia y asesoramiento profesional para adaptar el sistema a tus necesidades específicas.
El gasto mensual dependerá del uso, el aislamiento del hogar y el tipo de instalación. Sin embargo, en comparación con sistemas tradicionales, la aerotermia puede generar ahorros del 30% al 60% en la factura energética, especialmente si se combina con una tarifa eléctrica adecuada y elementos de baja temperatura.
Sí, aunque es importante realizar un estudio previo. Los radiadores convencionales necesitan temperaturas más altas, lo que puede reducir la eficiencia del sistema. Muchos profesionales optan por complementar con radiadores de baja temperatura o mejorar el aislamiento para optimizar el rendimiento con radiadores existentes.
La aerotermia requiere un mantenimiento sencillo pero periódico. Es recomendable realizar una revisión anual que incluya limpieza de filtros, comprobación del gas refrigerante, ajustes de software y chequeo general del sistema. Esto asegura un funcionamiento eficiente y una mayor vida útil.