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El Barómetro Energético de AEGE consolida el coste eléctrico para la industria electrointensiva en España y pone de manifiesto la brecha con Francia y Alemania, así como las tensiones que esto implica sobre la competitividad industrial nacional.
El Barómetro Energético en España es una publicación elaborada por AEGE, que realiza un seguimiento semanal de la evolución del coste de la energía eléctrica y otros combustibles relevantes para la industria. Su alcance abarca:
Precios del mercado eléctrico spot y a plazo, tanto en España como en los principales mercados europeos.
Costes añadidos a la energía pura, servicios de ajuste, pagos por capacidad, interrumpibilidad, peajes, cargos e impuestos.
Evolución de los precios de materias primas energéticas, carbón API #2, gas natural TTF Europa, barril de Brent, derechos de emisión de CO₂, que influyen indirectamente en el mercado eléctrico.
El barómetro permite comparar la carga energética real en distintos países, así como observar dinámicas de mercado eléctrico y costes estructurales que afectan a la industria electrointensiva.
Según los datos más recientes, la factura de electricidad para un consumidor electrointensivo en España se mantiene muy por encima de la de sus homólogas en Francia y Alemania.
La electricidad para un gran consumidor en España resulta 2,7 veces más cara que en Francia, lo que equivale a un sobrecoste del 169 %.
Frente a Alemania, el coste en España es aproximadamente 1,4 veces superior (un 36 % más caro).
Esa diferencia se explica por una combinación de factores:
Servicios de ajuste del sistema que cobran en España, pero no en Francia ni Alemania.
Carga adicional por impuestos, cargos y peajes de red.
Compensaciones por CO₂ indirecto considerablemente menores en España frente a Alemania, una diferencia que puede superar los 26 €/MWh.
Estas condiciones estructurales representan una desventaja competitiva para la industria electrointensiva nacional, donde la electricidad puede representar hasta un 50 % de los costes de producción.
Para sectores como el metalúrgico, químico, siderúrgico o vidriero, aquellos representados por AEGE, este desequilibrio en costes energéticos tiene efectos concretos:
Aumento del coste de producción, lo que erosiona márgenes y competitividad frente a rivales europeos.
Riesgo de deslocalización o pérdida de inversión industrial, ya que un insumo clave como la electricidad tiene un coste muy superior al de otros entornos.
Presión sobre la sostenibilidad de procesos intensivos en consumo eléctrico, especialmente en contextos de elevada competencia internacional.
La publicación del barómetro sirve también como instrumento de alerta: refleja, con datos cuantitativos, los efectos de la estructura tarifaria y regulatoria sobre la industria electrointensiva.
Desde AEGE se condensa una serie de factores que penalizan la competitividad energética de la industria en España, especialmente en comparación con Francia y Alemania:
Que la electricidad se cobre en condiciones de mercado, sin un esquema preferencial como la tarifa ARENH francesa, donde un 62 % del suministro para la industria se contrata a 42 €/MWh.
Que los servicios de ajuste, impuestos, peajes y cargos incrementen el coste final de forma desigual frente a otros países.
Que las compensaciones por emisiones indirectas de CO₂ sean más limitadas que en otros estados europeos con industria pesada.
En conjunto, estos elementos socavan la competitividad industrial y podrían desencadenar pérdida de inversión, empleo o producción en sectores clave.
El Barómetro Energético de AEGE para diciembre de 2025 pone de relieve, una vez más, las desventajas estructurales del sistema energético español para la industria electrointensiva. Con una factura eléctrica cercana al triple de la que afrontan sus competidores en Francia, las empresas españolas, obligadas a pagar peajes, impuestos y ajustes adicionales, afrontan una clara barrera competitiva.
Para los tomadores de decisión del sector de construcción, diseño industrial, facility management o grandes infraestructuras energéticas —áreas que interactúan frecuentemente con industrias electrointensivas—, este barómetro actúa como señal de alerta sobre la urgencia de una revisión normativa y tarifaria. Su seguimiento puede servir para planificar inversiones y anticipar riesgos en la cadena productiva.