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Optimizar la iluminación en el hogar no solo mejora el confort y la calidad del sueño, sino que también permite reducir significativamente el consumo energético.
La iluminación representa aproximadamente el 15% del consumo eléctrico en un hogar medio, según datos del Idae (2024). Optimizar su uso no solo permite reducir el impacto energético, sino también mejorar aspectos como el confort visual, la calidad del sueño o la productividad diaria. Así lo expuso Darío Rodríguez, del departamento de Proyectos y Asesoría Técnica de Roblan, durante su intervención en la jornada Iluminación sostenible y centrada en las personas, celebrada en Ciudad Real.
Rodríguez recordó que, aunque la tecnología LED está ampliamente implantada, aún persisten dudas comunes sobre su correcta selección. “No se deben elegir las bombillas por los vatios, sino por los lúmenes, la temperatura de color y la eficiencia energética”, apuntó. En este sentido, subrayó la importancia de interpretar correctamente las etiquetas, que clasifican los productos de la letra A (más eficiente) a la G (menos eficiente).
También recomendó prestar atención a otros indicadores relevantes como la vida útil, el haz de luz o el índice de reproducción cromática, variables que afectan directamente a la funcionalidad y sostenibilidad del sistema de iluminación.
La temperatura de color, medida en Kelvin, es otro aspecto fundamental. Luces con menor temperatura (2.700–3.000 K) generan un ambiente cálido, idóneo para dormitorios o salones. Las temperaturas neutras (4.000 K) son apropiadas para cocinas, baños o zonas de estudio, mientras que las luces frías (superiores a 5.000 K) se recomiendan para espacios como garajes o áreas de trabajo que requieren concentración.
Además de mejorar el confort, esta adaptación lumínica ayuda a respetar los ritmos circadianos. Un estudio de la Universidad Politécnica de Madrid concluye que utilizar la temperatura de luz adecuada puede mejorar la calidad del sueño en un 8%. Por ello, se aconseja emplear luz fría por la mañana y cálida al anochecer, reduciendo la interferencia con los ciclos naturales del cuerpo.
Entre las estrategias para reducir el consumo, el experto destacó el uso de sensores de presencia en zonas de paso, capaces de disminuir el gasto lumínico hasta un 30%, así como el aprovechamiento de la luz natural y la sustitución de tecnologías obsoletas como los fluorescentes.
La ponencia se enmarcó en la jornada “Hogar sostenible y reciclaje responsable”, organizada por Recyclia y Smartlighting, con el apoyo de la Consejería de Desarrollo Sostenible de Castilla-La Mancha y el Ayuntamiento de Ciudad Real. El evento, celebrado en el Antiguo Casino de la ciudad, reunió a vecinos y profesionales para divulgar herramientas prácticas para la reducción del impacto ambiental en el ámbito doméstico.
El encuentro contó con la intervención de representantes institucionales y especialistas en iluminación, reciclaje y eficiencia energética. Entre ellos, María Luz Santander, divulgadora en sostenibilidad, abordó los principios de un hogar eficiente desde una perspectiva cotidiana; Cristofer Rodríguez, CEO de Venus Energies, explicó claves para interpretar y optimizar la factura eléctrica; y Janira Jori Ramírez, de Recyclia, expuso el papel de la economía circular y la correcta gestión de residuos tecnológicos.
Esta sesión forma parte de un ciclo de ocho jornadas itinerantes por Castilla-La Mancha, impulsadas por Recyclia y Smartlighting, con el objetivo de fomentar hábitos sostenibles entre la ciudadanía y ofrecer formación útil en materia de energía, reciclaje e iluminación.