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A medida que se extienden los sistemas de producción térmica a partir de energías renovables en los edificios, ya sea mediante bombas de calor o solar térmica, resulta imprescindible abordar la acumulación de energía en forma de agua caliente como parte integral de la instalación. En cualquier red de suministro térmico, la acumulación de agua es un elemento a considerar.
Con este contexto, Fegeca ha elaborado una Guía de Sistemas de Acumulación de Agua, un documento que reúne aspectos normativos, tipologías de equipos, materiales constructivos, criterios de dimensionado, pautas de instalación y mantenimiento. La guía incluye también capítulos dedicados a la calidad del agua y su tratamiento, la prevención de corrosión y legionela, así como esquemas de instalación adaptados a diferentes tipologías de suministro, individual o centralizado. Un apartado específico aborda la hibridación de sistemas y el papel del control en la gestión de distintos generadores combinados con acumuladores correctamente dimensionados.
La obra nueva ofrece un marco favorable para integrar tecnologías de alta eficiencia, ya que la planificación permite reservar espacio para equipos y sistemas de generación. Además, la normativa fija requisitos mínimos de renovables y emisiones en calefacción, refrigeración y ACS, priorizando siempre el confort térmico de los usuarios.
En el Código Técnico de la Edificación (CTE), el Documento Básico HE 0 establece que las viviendas deben alcanzar un 50% de energía primaria renovable en servicios de climatización, ventilación y ACS. En edificios terciarios, la contribución oscila entre el 39% y el 67%, según la zona climática y el tipo de inmueble. Por su parte, el HE 1 limita la demanda térmica de calefacción y refrigeración, manteniendo inalteradas las necesidades de ACS.
Un ejemplo práctico: en una vivienda unifamiliar de 90 m² en Madrid, construida bajo el CTE vigente, la demanda energética anual es de 61,2 kWh/m², de los cuales el 40,5% corresponde al ACS (24,8 kWh/m²). En el CTE anterior, la misma vivienda tenía una demanda de 127,7 kWh/m², con solo un 19,4% destinado a ACS. En otras palabras, la relevancia del ACS se ha duplicado, lo que exige un diseño más eficiente en su producción y acumulación.
El HE 4 del CTE fija, además, una cobertura mínima del 70% de ACS con renovables en edificios con demandas superiores a 5.000 l/día, o del 60% si son menores. Esta obligación refuerza la necesidad de depósitos de acumulación que permitan integrar energías como aerotermia, geotermia, solar térmica o gases renovables (biometano, biopropano, hidrógeno verde), tanto en soluciones monofonte como híbridas.
La guía de Fegeca incorpora esquemas hidráulicos que orientan el diseño según clima, tipología y normativa vigente.
En edificios existentes, la rehabilitación presenta un reto adicional: la limitación de espacio para equipos. Aun así, la electrificación mediante bombas de calor aerotérmicas se perfila como solución prioritaria, en línea con los objetivos de descarbonización 2050 de la Directiva EPBD.
En el ámbito residencial unifamiliar, sustituir una caldera por una bomba de calor exige un depósito de acumulación, ya que la producción instantánea no es viable. En instalaciones colectivas o terciarias, la transición a bomba de calor implica hasta tres veces más acumulación de ACS respecto al sistema original. Por ejemplo, un hotel con caldera puede funcionar con un 25% de acumulación del consumo diario, mientras que con bomba de calor debe almacenar un 50–80% del total.
Los sistemas híbridos permiten paliar estas limitaciones, combinando aerotermia con calderas para reducir tanto la potencia eléctrica como el volumen de acumulación. Además, facilitan el cumplimiento del RD 487/2022 y RD 614/2024, que exigen temperaturas de 60 °C en acumuladores y choques térmicos de 70 °C para prevención de legionela.
La guía de Fegeca dedica un capítulo específico a estas soluciones híbridas, con esquemas hidráulicos y criterios de aplicación en proyectos de rehabilitación energética.