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Integrar aerotermia en segundas residencias permite reducir demanda energética y mejorar el confort desde el diseño. Claves técnicas, control remoto y alineamiento normativo.
Las prioridades en la planificación de la vivienda están cambiando. La superficie o la orientación han cedido espacio a criterios como la eficiencia, la calidad del aire interior, el consumo energético y el impacto ambiental. En este contexto, el quinto capítulo de la serie “Guías de segundas residencias” analiza el crecimiento de las viviendas de nueva construcción destinadas a uso vacacional y cómo la aerotermia en segundas residencias permite incorporar soluciones de climatización eficientes desde la fase de proyecto.
Estas nuevas promociones permiten definir desde el inicio aspectos como el aislamiento, los materiales, la geometría del edificio o la estrategia de climatización. Integrar estos elementos en el diseño reduce la demanda energética, mejora el confort y facilita el cumplimiento de futuras exigencias normativas.
La aerotermia, tecnología que aprovecha la energía del aire exterior para generar calor o frío, se consolida como opción central en estas viviendas, gracias a su elevado rendimiento estacional. Por cada kilovatio eléctrico consumido, las bombas de calor pueden entregar hasta cinco kilovatios térmicos, lo que permite cubrir calefacción, refrigeración y ACS con menores costes operativos y sin combustibles fósiles.
Equipos como las bombas de calor de la gama Bosch Home Comfort, una de ellas con refrigerante natural R290 y niveles de ruido reducidos, y otra orientada a instalaciones compactas, se emplean en proyectos donde se prioriza la eficiencia y la integración arquitectónica. Estas soluciones permiten combinar suelo radiante, radiadores de baja temperatura y ventilación mecánica con recuperación de calor, optimizando el balance térmico del inmueble.
La conectividad se ha convertido en un elemento relevante para las viviendas que permanecen desocupadas durante parte del año. A través de aplicaciones de control remoto es posible ajustar horarios, monitorizar consumos o verificar el estado del sistema a distancia. Esta supervisión favorece la gestión preventiva, reduce riesgos de avería y evita consumos innecesarios en periodos de inactividad.
La apuesta por sistemas como la aerotermia en segundas residencias o las soluciones híbridas con calderas adaptadas a gases renovables se enmarca en los objetivos europeos de descarbonización del parque edificatorio para 2050. Incorporar estos sistemas en obra nueva no solo reduce emisiones y gastos operativos, sino que también incrementa el valor patrimonial y mejora la adaptación del inmueble a normativas más estrictas en materia de eficiencia.
Diseñar la climatización desde la fase de proyecto facilita alcanzar altos estándares de confort, reduce la demanda energética y prepara la vivienda para los requisitos regulatorios de las próximas décadas. La combinación de aerotermia, emisores de baja temperatura, ventilación mecánica y control digital configura un modelo de segunda residencia más eficiente y resiliente.