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Cegasa e Ikerlan desarrollan nuevas funciones en el ECS para impulsar baterías conectadas, seguras y actualizables, alineadas con la normativa europea.
Cegasa Energía ha reforzado su estrategia de desarrollo de sistemas de almacenamiento energético mediante una colaboración tecnológica con Ikerlan. El acuerdo impulsa nuevas capacidades en eficiencia, ciberseguridad y conectividad cloud para sus sistemas, preparando las soluciones de la compañía para los requisitos normativos europeos previstos para 2027.
La alianza moviliza a los equipos de Inteligencia Artificial, Ciberseguridad y Sistemas Electrónicos Embebidos de Ikerlan, más de diez profesionales, con el objetivo de evolucionar las baterías industriales hacia sistemas inteligentes capaces de gestionar su consumo, integrarse en entornos industriales y actualizarse en remoto según las necesidades del usuario.
El proyecto actualiza el ECS, Extended Control System, el núcleo de control de los sistemas de almacenamiento de Cegasa Energía. Esta tecnología coordina los subsistemas de la batería y habilita funciones de conectividad IoT, comunicación con plataformas cloud y gestión energética.
La nueva versión incorpora mejoras en safety y security, como sensores avanzados de detección de gases para prevenir fallos térmicos, además de ensayos en refrigeración, control de celdas y química para aumentar la fiabilidad. Estas capacidades buscan reforzar la monitorización y la operación segura en entornos industriales.
Según Miguel Encabo, del equipo de I+D de la compañía, integrar la ciberseguridad desde el diseño aporta una ventaja alineada con la normativa europea de 2027. Encabo señala que el desarrollo se ha completado en poco más de un año y prevé que los primeros productos con esta tecnología estén operativos a comienzos de 2026.
Por parte de Ikerlan, Rubén del Cura destaca que no existe en el mercado un producto comercial que integre modelos de inteligencia artificial para la gestión energética con esta profundidad, combinando electrónica avanzada, IA, ciberseguridad y cloud computing.
Las mejoras permiten avanzar hacia un ecosistema de baterías conectadas y actualizables, preparado para entornos industriales complejos. En sostenibilidad, la evolución del ECS facilita maximizar el autoconsumo, reducir la dependencia de la red y habilitar aplicaciones exigentes como el almacenamiento a gran escala o el transporte marítimo.
Ambas entidades trabajan además en un Battery Passport, en línea con la futura legislación europea, que registrará el ciclo de vida de cada batería y facilitará su reutilización en segunda vida.
Actualmente, las funciones ampliadas del ECS se validan en un piloto que combina laboratorio e instalación real con fotovoltaica. A medio plazo, se prevé que el sistema ejecute modelos predictivos de IA para optimizar la vida útil y el rendimiento de cada unidad.
