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Los dos últimos meses del año han supuesto un descenso ligero en la actividad instaladora, que ha pasado del 5,7 al 5,6. Esto supuso la primera caída en la línea ascendente del año, aunque es cierto que diciembre suele ser un mes atípico, a consecuencia de las fiestas navideñas. Lo cierto es que el trabajo en calefacción este año arrancó más tarde, porque no hizo frío hasta bien entrado noviembre, y quizá esto también ha supuesto cierto parón de la actividad, que, en cualquier caso, se mantiene de momento firme.
Los últimos meses del año trajeron nuevas elecciones, formación de Gobierno y ciertos nubarrones económicos. Quizá esos elementos contribuyeron a cierta ralentización de la actividad instaladora que, en cualquier caso, siguió caminando por la senda de la estabilidad. Los meses de enero-febrero apuntan a la misma media, con una previsión que también se sitúa en el 5,6.
Habrá que ir observando el desarrollo de este primer trimestre del año para ver la tendencia en el mercado. Estos meses y los de otoño significan trabajo en el negocio de calefacción, pero a la vuelta de la esquina está la primavera y comienza a pensarse más en aire acondicionado que en otra cosa.