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El fin del estado de alarma y la "nueva normalidad" significaron también una mejora para el sector de la instalación, que suele beneficiarse de la llegada de los meses veraniegos, un tiempo en el que prosperan las reformas y el negocio del aire acondicionado. Lo cierto es que mayo-junio ya rozó el aprobado, algo que consiguió en la previsión de julio-agosto. Hubo cierta sensación de remontada, aunque la pandemia siguió su curso, y a finales de verano, el optimismo del inicio del mismo empezó a desaparecer.
Si miramos la gráfica de la izquierda, deberíamos estar más animados, porque venimos de una situación catastrófica en los meses de marzo-abril cuando más duró azotó la pandemia, pero es verdad que el transcurso del verano nos volvió a traer malas noticias, con el aumento de los contagios y el freno a la recuperación económica del país.
Pero es verdad que todo ello llegó después, porque si mayo-junio ya se situó cerca del aprobado, con un 4,9 en la media, en julio-agosto la previsión de las asociaciones ya mostraba que la recuperación iba a ser un hecho, con un 5,1.
El negocio del aire acondicionado, más en doméstico que otra cosa, dio un respiro a todos. El caluroso verano provocó que se instalarán muchos equipos en viviendas, más necesitadas que nunca de confort por el auge del teletrabajo y la necesidad de mejora en las mismas, pero el canal retail y el negocio turístico solo trajeron malas noticias. Las ventas en comercios se desplomaron, también las reformas en locales y la falta de turistas provocó que muchos hoteles ni siquiera pudiesen abrir.