Termografía: un segmento que crece cada año ofreciendo soluciones al instalador

Las cámaras termográficas resultan una herramienta perfecta para trazar y resolver problemas cotidianos de distinta naturaleza en todos los sectores, entre ellos, en ambientes industriales o en instalaciones de alta tensión.

Se trata de instrumentos avanzados, profesionales y eficientes sin límites incluso cuando se trata de altas temperaturas o de alta resolución, ideales para realizar los controles con una alta calidad, necesarios para un mantenimiento adecuado y constante. Sus funciones diferentes y específicas, y sus elevadas prestaciones permiten una inspección perfecta en una gran variedad de sectores, desde la construcción hasta las instalaciones fotovoltaicas.

Si bien el mercado de la termografía se dirige hacia la saturación desde la perspectiva del equipo, según apunta un fabricante que ha participado en el estudio, la calidad y la precisión de algunas cámaras no siempre están a la altura de los termógrafos profesionales. El futuro requerirá alta resolución térmica, precisión radiométrica fiable y diseño robusto, combinado con un enfoque de solución total para la transferencia de datos, análisis radiométrico, creación de informes y facilidad para compartir.

Las múltiples mejoras tecnológicas incorporadas a lo largo de estos años han permitido, sin embargo, mejorar significativamente la experiencia del usuario y reducir costes, haciendo la termografía accesible a un mayor número de usuarios y aplicaciones.

Actualmente, tendencias como el uso cada vez más frecuente del procesamiento en la nube o mejoras en la densidad energética de las baterías señalan caminos de mejora que continuarán ampliando el ámbito de aplicaciones. Esta realidad hace que el mercado se comporte con cierta inercia, manteniendo la demanda de esta tecnología en el tiempo.