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El mercado de emisores de calor ha recuperado el buen tono en los últimos tiempos. La positiva evolución de la obra nueva y la buena marcha de la rehabilitación, junto con la demanda cada vez mayor de equipos de alta eficiencia energética, está provocando que el sector mantenga una línea ascendente.
El usuario es cada vez más exigente y busca productos conectados y de la máxima eficiencia energética
Según las cifras de la patronal Fegeca, en 2018 se vendieron 951.132 unidades de radiadores de agua caliente, un aumento de un 6,80% con respecto al año anterior, mostrando un signo positivo en los segmentos de radiadores de aluminio, de cuarto de baño y fundición.
Un fabricante que nos ha hecho llegar su opinión para este informe, habla de un ligero crecimiento durante 2019, aunque también destaca cierto estancamiento producto de la situación económica y política. Y apunta a la renovación como el principal sostén del crecimiento tanto en radiadores de agua caliente como en eléctricos.
El crecimiento de este mercado también se explica por la búsqueda cada vez mayor de los usuarios finales por productos personalizados que buscan en el emisor de calor una forma de decoración en el hogar.
El mercado, en el caso de la calefacción eléctrica, se mueve mucho en la búsqueda del confort en la segunda residencia o en estancias pequeñas, ya que tiene gran capacidad de cubrir la demanda de calor de una forma rápida.
También los aspectos normativos han ayudado a la calefacción eléctrica, un nicho de mercado que, según apunta una marca destacada, está creciendo al 8%. Construcción, rehabilitación y reforma e impulso del autoconsumo son factores que se apuntan para explicar este crecimiento.
Aumentan los productos conectados que aportan comodidad al usuario por poder activarse desde cualquier lugar y ofrecer a la vez confort en la vivienda. También se demandan soluciones que ofrezcan la posibilidad de integración con instalaciones centralizadas junto con aerotermia, calderas de condensación, geotermia y otros sistemas de generación de baja temperatura.
El usuario es cada vez más exigente y busca productos conectados y de la máxima eficiencia energética que ayuden al ahorro en el hogar.
