Calderas y ACS: Reposición e integración con otros sistemas, palancas del crecimiento

La llegada de la pandemia lo cambió todo en este año 2020 a partir de marzo. De hecho, el segundo trimestre fue desastroso. A partir de entonces, la esperanza de los fabricantes es que haya una recuperación, especialmente significativa con la llegada del otoño y la bajada de las temperaturas.

Lo cierto es este mercado se basa mucho en el negocio doméstico de la reposición. La venta de calderas murales se situó en 329.762 unidades en el último ejercicio 2019, según cifras de Fegeca, lo que significó un aumento del 4,32% con respecto al mismo periodo del año anterior.

Para la patronal del sector, este mercado -basado en la venta de calderas de condensación- es una pieza clave para la consecución de los objetivos climáticos de la Unión Europea, gracias a la reducción del consumo energético y emisiones de CO2 que ofrecen las calderas de condensación frente a las calderas convencionales.

Sin embargo, aunque menos significativo por venta de unidades (31.366), en calderas de pie (gas y gasóleo) y biomasa, se registró un descenso del 5,17% sobre al año anterior. También en este caso hay que destacar el aumento de las calderas de condensación, que ya representan más del 22% de las ventas totales.

Todos los fabricantes consultados hablan de que septiembre será un mes clave, después del parón producido por la pandemia y el inicio de las vacaciones de verano. A favor del sector juega el hecho de que el usuario final valora más que nunca el confort en el hogar y los equipos de calefacción juegan un rol clave en invierno.

Un factor importante es la hibridación con sistemas de energías renovables, potenciado por las nuevas normativas y por las marcas. La reducción paulatina (con el objetivo de la descarbonización en 2050) de la dependencia de los combustibles fósiles fomenta la investigación del uso de nuevos combustibles (como el hidrógeno) en los sistemas tradicionales de calderas.