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Los meses de verano significaron cierta tregua en este tiempo de pandemia. Hubo más actividad en reforma y en el mercado de aire acondicionado. La media de actividad instaladora se situó en un 5,6, pero lo cierto es que la llegada del otoño, aunque ha traído malas noticias en el ámbito sanitario, no ha provocado grandes cambios para las empresas instaladoras, que han centrado su actividad en la campaña de calefacción. Más horas en casa significa también mayor demanda de confort por parte de los usuarios.
La llegada del frío y las bajadas de las temperaturas es el momento propicio para pensar en calefacción. Hay que revisar las calderas y toda la instalación en general, por lo que el negocio de las empresas instaladores suele tener un repunte en el inicio del otoño.
Lo cierto es que, si el verano significó un aumento de actividad para las empresas instaladoras, los meses de septiembre-octubre han mantenido el buen tono en la actividad.
La media de actividad en julio-agosto fue de un 5,6, pero la previsión de septiembre-octubre no está lejos, con un 5,4.