Empresas Premium
Empresas Premium
El mercado de aerotermia se encuentra en un magnífico momento, porque la apuesta de la Unión Europea por abandonar los combustibles fósiles es cada vez mayor, más aún en el momento actual, con la crisis energética y geopolítica que vivimos. Cualquier solución que apueste por la energía renovable, como es el caso de la aerotermia, es bienvenida.
Las bombas de calor aerotérmicas están siendo las encargadas de buena parte de la transición ecológica en el sector de la climatización
Todos los fabricantes que han participado en el estudio destacan el buen estado de salud de este segmento de mercado y su proyección de futuro.
El mercado de aerotermia, especialmente el de las bombas de calor aire/agua, se encuentra en expansión, también gracias a los cambios normativos en la construcción de nuevos edificios, propiciados por el Plan Nacional de Energía y Clima, y por el rumbo hacia la descarbonización y electrificación de la sociedad del Pacto Verde Europeo.
Además, la renovación de instalaciones se financia con la aparición de multitud de programas de ayudas provenientes de los Fondos Next Generation de la UE.
En líneas generales, las bombas de calor aerotérmicas (aire-agua) están siendo las encargadas de buena parte de la transición ecológica en el sector de la climatización siendo responsables tanto de la sustitución de antiguos sistemas de calefacción como las calderas de gas y gasoil, como de la instalación en obra nueva.
Es el segmento que más crece dentro del mercado de la climatización, con incrementos que superan el 90%, según destaca una marca que ha participado en el estudio. Hablamos de un contexto en el que normativas, como la Directiva 2010 31 /UE y el CTE 732/2019, obligan a revisar y actualizar los requisitos mínimos de eficiencia energética de los edificios periódicamente para mitigar el cambio climático y reducir la dependencia e intensidad del uso energético en España.
Por el lado negativo, hay que destacar que siguen existiendo retos importantes como la evolución del precio de la energía, especialmente la eléctrica, y los nuevos impuestos a la tecnología, como el de gases refrigerantes, que no benefician la expansión de esta energía verde.
