Termómetro

Muchos sectores económicos están seriamente afectados por la crisis, pero, sin embargo, el mundo de la instalación está resistiendo de momento los embates más fuertes de la misma. La nueva mirada hacia nuestras viviendas, la demanda de mayor confort y las reformas emprendidas en los últimos meses han provocado que el sector esté combatiendo mejor que otros la situación provocada por la pandemia del Covid-19. Ahora, además, estamos en plena temporada de calefacción y el frío ha sido especialmente acusado en los últimos días de diciembre.

Los meses de verano significaron cierta tregua en este tiempo de pandemia. Hubo más actividad en reforma y en el mercado de aire acondicionado. La media de actividad instaladora se situó en un 5,6, pero lo cierto es que la llegada del otoño, aunque ha traído malas noticias en el ámbito sanitario, no ha provocado grandes cambios para las empresas instaladoras, que han centrado su actividad en la campaña de calefacción. Más horas en casa significa también mayor demanda de confort por parte de los usuarios.

El fin del estado de alarma y la "nueva normalidad" significaron también una mejora para el sector de la instalación, que suele beneficiarse de la llegada de los meses veraniegos, un tiempo en el que prosperan las reformas y el negocio del aire acondicionado. Lo cierto es que mayo-junio ya rozó el aprobado, algo que consiguió en la previsión de julio-agosto. Hubo cierta sensación de remontada, aunque la pandemia siguió su curso, y a finales de verano, el optimismo del inicio del mismo empezó a desaparecer.

La actividad instaladora siguió ofreciendo sus servicios para actividades absolutamente necesarias durante los días más duros de la pandemia en edificios clave como hospitales, centros de salud, centros logísticos, farmacias o residencias de ancianos, pero muchas empresas cerraron sus puertas o trabajaron a medio gas en esos momentos. El sector resultó esencial y mostró su compromiso en la lucha contra la pandemia, pero no fue ni es ajeno a la crisis económica. Ahora, poco a poco, trata de recuperar la actividad. Es tiempo de aire acondicionado y de reformas.

La situación provocada por el coronavirus tiene una influencia muy destacada en todos los sectores de actividad. Lógicamente está afectando de manera sobresaliente a nuestro mercado, casi detenido durante varias semanas y ahora a la espera de la llegada de la famosa desescalada.

Los dos últimos meses del año han supuesto un descenso ligero en la actividad instaladora, que ha pasado del 5,7 al 5,6. Esto supuso la primera caída en la línea ascendente del año, aunque es cierto que diciembre suele ser un mes atípico, a consecuencia de las fiestas navideñas. Lo cierto es que el trabajo en calefacción este año arrancó más tarde, porque no hizo frío hasta bien entrado noviembre, y quizá esto también ha supuesto cierto parón de la actividad, que, en cualquier caso, se mantiene de momento firme.

La actividad instaladora ha mantenido unas constantes vitales más que aceptables durante el inicio del otoño. El frío tardó en llegar, pero lo hizo, lo que supuso una buena noticia para el negocio de la calefacción. La situación política, con nuevas elecciones generales a inicios de noviembre y la amenaza de un enfriamiento de la economía, no fueron motivos suficientes para que las cifras de negocio del sector de la climatización se resintieran, tampoco en el caso del trabajo diario que desarrollan las empresas instaladoras.

La actividad instaladora se situó en un 5,8 en los meses de mayo-junio, media que ha mantenido en julio-agosto, período en el que habitualmente se instala más aire acondicionado y es momento para acometer reformas en viviendas y locales comerciales. El trabajo de las empresas instaladoras de momento no decae, aunque es cierto que la previsión para el inicio del otoño es ligeramente inferior. Comienza la temporada de calefacción y es el momento de revisar el estado de nuestras calderas y equipos de bomba de calor.

La actividad instaladora ha marcado un 5,8 en los meses de mayo-junio y la previsión es la misma para los meses de verano, julio-agosto, lo que da una idea de la buena situación que vive el sector. La temporada alta de reformas y la campaña de aire acondicionado han sido factores decisivos que explican el buen momento que atraviesa la industria de la instalación. También algunos Planes Renove ayudan a la situación de bonanza, aunque existe preocupación en el negocio del gas, como también se pone de manifiesto por parte de algunas asociaciones en este Termómetro.

La actividad instaladora sigue con una evolución favorable en los meses de marzo y abril, y apunta a que se mantendrá de ese modo para mayo-junio. Lo cierto es que son meses ya de calor, en los que comienza la temporada alta de reformas y la campaña de climatización. Los instaladores tienen mucho trabajo en el período de primavera y verano. A la buena salud del sector ayuda el momento óptimo de la economía, que se manifiesta en el aumento del consumo y la reducción del paro, y en algunas variables más propias de este mercado, como la buena marcha de la construcción.